Un auténtico chute de motivación y energía, para seguir trabajando en la nueva novela, es lo que ha supuesto para mí esta Maratón de Microrrelatos de la FLS. Ver a personas que no conozco, en su mayoría, reír y aplaudir unas palabras mías ha sido suficiente.
A vosotros que visitáis esta página -y en especial a mi más leal comentarista, mi querido Manuel- os dedico la historia. Gracias por estar aquí.
«Siempre pensé que viajar con mi marido me divertiría y sacaría de la rutina, hasta que hace una semana, limpiando el polvo, volteé el viejo globo terráqueo que reposaba olvidado en la estantería: un anillo de diamantes, cuyo grabado me descartaba, se alojaba en su base, aguardando para convertirme en el padre de Bambi.
Siete días llevo con él puesto y mi marido, más amable que nunca, no dice ni pío. Esto es mejor que cualquier viaje…»
Que sea el título casi más largo que el microrrelato, tiene su mérito. Complicado ajustarse a 80 palabras exactas. En defnitiva el marido no entró al trapo porque era ella la que embestía, felicidades me hizo sonreír :))
Pues me alegro mucho, Lola, porque de eso se trataba… Gracias a ti también por pasarte a saludar (y animar). Un besote.
Desde luego, sí que resulta una sutil, y no menos efectiva, forma de venganza. Naturalmente uno sonríe tratándose de ficción. y como dijo Lola, muy muy condensada. En la realidad las cosas suelen ser muy otras.